La historia de DIARIO DE NOTICIAS a lo largo de estos treinta años es una historia apasionante, llena de retos y obstáculos que superar, y que nos ha obligado a estar siempre atentos a los últimos avances tanto en temas informáticos como en telecomunicaciones y, hoy en día, en todo lo referente al mundo de Internet.

Hace treinta años las cosas eran bien diferentes, en el mundo de la prensa y de las artes gráficas en general. En aquel tiempo editar un periódico a diario era casi una proeza. Si bien la informática comenzaba a despertar y a ayudar en los procesos diarios de creación, aún faltaba mucho para poder llegar a los niveles que años más tarde el diseño, la paginación, el color y otras características nos harían ganar premios internacionales.

Cuando en abril de 1994 DIARIO DE NOTICIAS nació y salió al mercado por primera vez, lo hizo de la mano de una informática que comenzaba a despuntar ya como una herramienta imprescindible en cualquier proceso industrial, y sin la cual el proyecto habría sido muy difícil de abordar. Los redactores pasaron de escribir en una terminal de fósforo verde, a hacerlo en un ordenador como los que conocemos hoy en día, con una pantalla gráfica y toda la ayuda que un incipiente nuevo software llamado Windows 3.1 podía aportarles. Los diseñadores trabajaban con sus flamantes (y carísimos) Macintosh. Se había invertido mucho tiempo, dinero y esfuerzo en dotar a todo el edificio de una nueva red que multiplicaba por diez tanto el número de equipos interconectados, como la velocidad a la que viajaba la información. Y todo ello basado en un protocolo de red muy poco conocido llamado TCP/IP ¿A alguien le suena ese nombre? Años más tarde Internet llegaría hasta el último rincón del planeta gracias a este protocolo.

Nuevas tecnologías, piedra angular

Lo cierto es que DIARIO DE NOTICIAS nació con una fortísima vocación de hacer de la tecnología su piedra angular. La casa se llenó de escáneres de todo tipo, de filmadoras que vomitaban páginas totalmente terminadas lo que evitaba el habitual corta-pega de hasta entonces, de receptores de teletipos conectados a líneas telefónicas que volcaban sus textos a servidores para ponerlos a disposición de los redactores, de receptores de fotografías digitales que llegaban vía satélite hasta un ordenador en medio de la redacción, donde los compañeros buscaban afanosamente la foto adecuada de entre las 3000 imágenes diarias que se recibían. Hasta los datos de la bolsa se recibían a través de las ondas de televisión para luego ser procesados y elaborar páginas de forma semiautomática.

Los avances fueron muchos tanto en informática como en telecomunicaciones. Las nuevas tecnologías avanzaban a pasos agigantados y supimos estar a la altura con servicios clave como la RDSI, que nos permitía conformar intranets con nuestras delegaciones en Estella y Tudela, incluso con periódicos de otras comunidades a las que se prestaban servicios diarios de impresión. Fue una época trepidante en la que se comenzó a emplear Internet como fuente principal de información tecnológica, ya en aquel 1998, cuando muy pocas personas en este país sabían siquiera que eso existiera.

El presente

Hoy en día nadie se imaginaría poder hacer un periódico (ni casi ninguna otra cosa) sin un ordenador delante. La informática no sólo ha llegado hasta el último rincón de nuestra vida, si no que condiciona por completo nuestras posibilidades laborales. Atrás quedaron los sistemas compuestos por múltiples servidores físicos, el encorsetamiento que provocaba el trabajar únicamente desde dentro de la empresa, las líneas de datos en las que la información se eternizaba mientras transitaba por ellas. Los sistemas distribuidos, la virtualización de hardware, las líneas de alta velocidad, posibilitan una forma de trabajo completamente diferente, con compañeros editando su artículo desde cualquier lugar del mundo, fotógrafos enviando sus capturas en el mismo momento de estar produciéndose, y la dirección revisando desde su casa cómo va avanzando el planillo del día.

Hasta la rotativa está tan cargada de microprocesadores y sistemas embebidos, que nos posibilita poder acceder a ella desde cualquier punto del planeta a revisar qué se está imprimiendo y cómo se va cumpliendo el plan de producción para esa noche, y todo en tiempo real, y desde cualquier pantalla que pueda estar conectada a Internet.

Un ciberataque al sistema

Pero todo esto tiene un precio; demasiado alto en ocasiones. En la noche del 18 de noviembre de 2022 un grupo de hackers (ciberdelincuentes), denominado BlackCat, procedió a la encriptación de todos los datos de la empresa, en un ataque de tipo ransomware (secuestro de datos). A las 7.15 de la mañana fue detectado este ataque, pero era ya demasiado tarde y absolutamente todos los sistemas de almacenamiento resultaron afectados, alcanzando incluso a otras empresas del Grupo.

El caos fue total. La destrucción de información absoluta. No quedó piedra sobre piedra. Todo el sistema informático de DIARIO DE NOTICIAS quedó fulminado; inservible. En apenas dos horas los atacantes habían conseguido destruir el trabajo de más de 28 años. La desolación se reflejaba en la mirada de todos los compañeros de trabajo.

Hubo que sacar fuerzas de donde no las había, establecer un punto de partida en medio del caos y comenzar la reconstrucción de todo lo que una vez fue. Los compañeros de departamento, Fernando, Rubén, Fermín, demostraron de qué pasta estaban hechos. Se estableció un plan de trabajo, se repartieron tareas, se envió a todos los trabajadores a su casa y se iniciaron las tareas de reconstrucción. Horas sin fin, angustia constante, momentos terriblemente duros, y un equipo de informáticos que lo dieron todo, y lo dieron de forma excelente, soportando la presión y aportando soluciones, una tras otra, sin descanso. Hasta que por fin, a las 20.00h teníamos ya un sistema mínimo completamente operativo, con comunicación con el exterior, y con garantías de funcionamiento. En algo más de 12 horas volvíamos a tener la posibilidad de editar periódicos, y así lo hicimos. Con una pequeña columna en páginas interiores, que seguro pasó desapercibida para muchos, se daba a conocer la noticia del ataque sufrido.

Los redactores desde su casa, los compañeros del resto de cabeceras desde cualquier lugar donde tuvieran un ordenador y una conexión a Internet. Todos pudieron volver a editar sus páginas. El periódico se editó en tiempo récord. Pudimos volver a salir a los kioscos. DIARIO DE NOTICIAS volvía a tener una oportunidad.

Dos días más de trabajo intenso, aunque con considerable menos presión, fueron necesarios para volver a restaurar toda la empresa al estado previo al ataque. Los responsables del mismo no obtuvieron nada a cambio de todo el daño que provocaron en lo más profundo de cada uno de nosotros.

Y el futuro

Como no podía ser de otra manera, DIARIO DE NOTICIAS debía ser fiel a su apuesta tecnológica y su inmersión en la edición digital viene ya siendo una realidad desde hace muchos años, mejorando y potenciando el servicio a sus lectores a través de una plataforma basada en los últimos estándares y avanzando cada día con tecnologías de código abierto, plataformas redundantes, servicios en la nube, y un largo etcétera.

El advenimiento de Internet, y la transformación que ello conlleva, sólo es comparable a lo que la informática supuso en aquellos ya lejanos años. Treinta años más tarde volvemos casi al punto de partida, en un proceso de transformación que va a remover todos y cada uno de los cimientos de esta empresa, reconfigurándola y obligando a aplicar nuevas tecnologías para seguir siguiendo punta de lanza en la aplicación de aquellos servicios y sistemas que cambian y se transforman día a día.

La redacción ya no es un punto estático. Los ordenadores ya no son la única herramienta de trabajo. Las imágenes fijas ya no son el único elemento gráfico. Ahora el periódico se escribe desde cualquier lugar imaginable, empleando un teléfono móvil, y enriqueciendo la información con vídeos. La redacción digital es una realidad. Los redactores escriben para la edición online y los contenidos se trasladan al papel para el ejemplar del día siguiente. La inmediatez cuenta, pero la rigurosidad debe seguir siendo ejemplar.

La nube se ha convertido en el centro de trabajo. Los sistemas que antes se consideraban críticos ya no lo son tanto en favor de una plataforma digital sostenida en la nube. El Big Data, los usuarios únicos, la tasa de rebote, el número de visitas… así es como ahora se miden las audiencias en lugar de la difusión, las suscripciones y la tirada. Los contenidos a medida, la fidelización del lector, el posicionamiento SEO… caballos de batalla a los que enfrentarse cada día.

El futuro de la prensa se está escribiendo ahora mismo. Las tecnologías que se aplican son herramientas en continuo desarrollo. Aún no se sabe muy bien cuáles serán las claves finales ni los sistemas que proveerán el éxito que la informática aportó en su momento. Dentro de 20 años, en nuestro 50 aniversario, podremos contar cuál fue la solución final.