Joe Biden, el presidente de Estados Unidos, mandó hace un par de días un mensaje a la nación refiriéndose a las protestas estudiantiles por la guerra de Gaza –rápidamente tildados de propalestinos, como si evitar un genocidio coloque a alguien en un bando–. Dijo, ante esta chavalería que le ha revuelto los campus de muchas universidades, que él condena tanto al “antisemitismo” como a la “islamofobia”, que “no tienen lugar en América”; afirmó que la Constitución protege el “derecho a protestar, pero no a provocar el caos” y se manifestó en defensa de “la libertad de expresión”, pero también del “Estado de derecho”. Es decir: aquí estamos que para esto hemos venido, o “háblame del mar marinero” si se adopta la versión Ancelotti de respuestas confusas o “ese tema del que usted me está hablando”, en la terminología marianorajoyniana que desemboca en ninguna parte. Como las otras.

Recuerdo a algunos pijos de Pamplona de hace la tira de años lucir chaquetas aparentes y lujosas con siglas gordotas a modo de emblema. Había una muy luminosa en la que ponía UCLA que, hay que reconocer, nos enteramos mucho tiempo después que respondía a la abreviatura de la Universidad de California Los Ángeles. La moda. Sí. Se pone de moda andar a palos, allí hace unos días, esgrimiendo la libertad de expresión y el respeto al estado de derecho para desalojar a los acampados contra la guerra en Gaza y, en este caso, la posición de Biden y su gobierno –ha habido también decenas de detenidos–. Hay un tesón enfermizo, que aquí también se vive e incita, por demonizar a los palestinos y los que les apoyan; eso sí, mirando a otra parte cuando hay niños despanzurrados y dolor. El poder del dinero lo mueve todo y el de los grupos de presión que cabalgan con él, todavía más. No hay causa justa sostenida en una carnicería, pero esto va así.

Miles de personas en siete estados clave pueden decantar el resultado de las elecciones presidenciales de Estados Unidos de noviembre. En los comicios de 2020, el apoyo de los jóvenes universitarios –dicen los expertos– resultó clave para la victoria de Joe Biden. Cada vez está menos claro que este año vayan a revalidar su confianza en el presidente. “Fiat Lux. Que se haga la luz”, es el lema de UCLA. Vale para todas partes y en todo tiempo. La cosa se extiende.