No sé leer los astros, tampoco entiendo las figuras que se perfilan en el poso del café, ni qué decir de leer las cartas en una mesa o leer los entresijos de las líneas de una mano; en definitiva, no tengo el poder de adivinar hechos.

Es por ello que agradecería a todos los conductores de la comarca de Pamplona, especialmente a los que circulan por la PA-30 y barrios y ciudades del entorno que, cuando entren a una rotonda, indiquen mediante intermitentes la dirección a la que se dirigen. Para evitar sustos que, de momento, no se me han convertido en accidentes.